Los cerros de Monterrey: llenos de “cicatrices”

El Cerro de las Mitras y el del Topo Chico son las montañas más afectadas

Monterrey es llamada la “Ciudad de las Montañas” y no es para menos, es un valle rodeado de hermosas montañas que conforman un hermoso paisaje.

Por desgracia, desde hace décadas se ha generado un proceso de daño constante a nuestros cerros, gracias a la actividad de las llamadas pedreras y del crecimiento urbano, específicamente de desarrollos habitacionales, que han traído consigo una alteración de las montañas.

Cerro del Topo Chico

El más afectado es el Cerro del Topo Chico, localizado al norte de la zona metropolitana de Monterrey, en los límites de San Nicolás, Escobedo y Monterrey.

La riqueza de esa montaña ha sido explotada desde hace siglos. No solo posee manantiales de aguas minerales, sino también se han extraído mármol negro, piedra caliza y otros minerales.

Fueron las empresas pedreras las que han dejado al Cerro del Topo Chico lleno de “mordidas” y cicatrices, con las que se ha alterado su forma original.

Algunas de estas empresas dejaron abandonadas las canteras y no hicieron nada por resarcir el daño, como sucede en otros países.

Simplemente dejaron las cicatrices, tras lo cual se convirtieron en asentamientos irregulares.

Cerro de las Mitras

Otro de los cerros que más han sido dañados es el de las Mitras. En este caso se repiten las situaciones presentadas en el del Topo Chico.

La actividad de las pedreras ha dejado su huella en los extremos de la montaña de múltiples picos. Por desgracia, la devastación continúa, ampliando las marcas en el cerro y generando gran contaminación en la zona.

Asimismo, la mancha urbana de la zona metropolitana de Monterrey se ha ampliado al Cerro de las Mitras, afectando la flora y fauna del lugar.

Sierra Madre

En el caso de la Sierra Madre la afectación no es producto de las pedreras, sino de desarrollos habitacionales realizados en las alturas de la bella montaña sampetrina.

Y es que es son visibles las construcciones en varias de las zonas altas de la sierra, las cuales por supuesto traen impactos al medio ambiente.

Cerro de la Silla

Misma suerte corre el Cerro de la Silla, la insignia de Monterrey. Las faldas del cerro se han convertido en una de las zonas más codiciadas por los empresarios del rubro inmobiliario.

Una de las zonas de mayor conflicto se da en la zona del Huajuco, en donde los vecinos y ambientalistas han emprendida una batalla legal para defender al cerro.

Aunque como se puede ver, los daños al cerro son visibles.

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¿El Cerro del Topo Chico es en verdad un volcán?

Monterrey es conocida como la “Ciudad de las Montañas”, ya que se encuentra rodeada de hermosos cerros, pero hay uno de ellos que no goza de tanta fama pero sí es objeto de muchos mitos: se trata del Cerro del Topo Chico.

Sobre esta montaña se han tejido varias historias, una de las que más llama la atención es la que indica que más que un simple cerro es un “volcán dormido”.

Datos sobre el cerro del Topo Chico

Esta montaña se encuentra al norte de la Zona Metropolitana de Monterrey, en los límites de la capital de Nuevo León, Escobedo y San Nicolás de los Garza.

Tiene una altura de 1175 metros de altura y se estima que se formó en la era Mesozoica, del Cretácico inferior.

Incluso en su interior se han encontrado fósiles de gran importancia para la paleontología mexicana, sobre todo animales marinos.

El 24 de noviembre de 2000 fue declarado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como “área natural protegida”.

Las aguas termales del Cerro del Topo Chico

De este cerro emanan aguas termales, las cuales gozan de fama desde la época prehispánica.

Se dice que un día cayó enferma la hija de Moctezuma I, quien no podía ser aliviada por ninguno de los curanderos del emperador.

La leyenda cuenta que uno de los sacerdotes del séquito de Moctezuma Ilhuicamina le dijo que sabía de la existencia de unas aguas termales localizadas en un terreno localizado en una zona lejana al norte de Tenochtitlán, las cuales tenían poderosos atributos curativos: se referían a las aguas del Cerro del Topo Chico.

Por este motivo, el jerarca azteca ordenó una expedición para que llevarán a su hija hasta ese sitio para ver si de esta manera se aliviaba.

La misión fue exitosa, ya que lograron llegar hasta el sitio y después de varias semanas tomando baños en las aguas del manantial del Topo Chico, la princesa se alivió.

Cabe señalar que además de esta leyenda, las propiedades curativas de estas aguas adquirieron gran notoriedad desde el siglo XVIII, sobre todo en territorio estadounidense.

Incluso durante la Invasión de Estados Unidos, los soldados norteamericanos acudían de manera constante al lugar.

¿Es el Cerro del Topo Chico un volcán?

El enigma más grande de esta montaña es si es un volcán o no. De boca en boca se comenzó a generar la historia de que el Topo Chico es un “volcán dormido”, hipótesis surgida por su forma de domo, por sus aguas minerales y termales y por la cantidad de cavernas.

Pero la realidad es otra. Al ser de origen sedimentario de piedra caliza se viene abajo la posibilidad de que se trate de un volcán.

Lo que es cierto es que este cerro cuenta con varias grietas por las que se filtra aire y agua después de lluvias, siendo este uno de los puntos por los que se le considera como un “falso volcán”.

De hecho no hay indicio alguno de la presencia de lava en su interior.