“El Piporro”, ícono de Nuevo León

Dentro del medio del espectáculo y más específicamente dentro de la época de oro del cine mexicano, existe una figura entrañable que puso a Nuevo León en alto, nos referimos a Don Eulalio González “Piporro”.

Nacido en el meritito Los Herreras, Nuevo León, el 16 de diciembre de 1921, “Lalo” tuvo una niñez rica en experiencias y poco a poco fue interesándose en las actividades artísticas.

Le cumplió a sus padres graduándose de Contaduría, pero no ejerció su carrera, sino que buscó meterse al medio del espectáculo.

Hizo de todo: fue reportero, locutor, actor, guionista, compositor y cantante.

Participó en más de 70 películas, actuando al lado de varias figuras del cine como María Félix, Pedro Infante, “Tin Tan”, Mauricio Garcés, Miroslava, David Silva, Lorena Velázquez, Vicente Fernándes, entre otros.

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Entre sus películas más afamadas destacan “El Rey del Tomate”, “El bracero del año”, “Escuela de Música”, “Ahí viene Martín Corona”, “Los chiflados del Rock And Roll”, “La Valentina”.

En cuanto al aspecto musical, “Piporro” no tuvo empacho en llevar en alto la música norteña por todos lados: polka, chotiz, corridos. También incursionó en la música vernácula e incluso hizo algunas experimentaciones con el rock and roll.

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Su potente voz hizo una combinación sui generis con su estilo dicharachero para hablar entre canciones, con su acento norteño bien puesto.

“El taconazo”, “Agustín Jaime”, “Rosita Alvirez”, “Llegó borracho el borracho”, “Los desfiguros”, “El güero aventado”, “Arnulfo González”, son tan solo algunos de sus más grandes éxitos.

Gracias a su carisma, sencillez y espontaneidad se ganó al público de todo al país, incluyendo a la gente del centro, con quienes en ese tiempo había (y sigue habiendo, desafortunadamente) ciertas tensiones.

Don Eulalio vivió a plenitud su vida, no le faltó nada por hacer y así su vida llegó a su fin el 1 de septiembre de 2003, debido a un infarto. Murió en su casa en San Pedro Garza García.

Pero su muerte terrenal fue solo eso, ya que su legado sigue vivo, llenado de alegría a miles de personas.

Honor a quien honor merece… ¡Ajúuua!