Caso “Andrómeda”: uno de los peores crímenes en la historia de Monterrey

En Nuevo León se han tejido historias de triunfo y felicidad, pero también está la otra cara de la moneda: historias oscuras, llenas de dolor y muerte. Entre estas últimas destaca el caso “Andrómeda”.

Una verdadera historia de horror

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Las cosas no marchaban bien en el matrimonio de Andrómeda Cordero Flores y Jesús Campos, habitantes de la Colonia Rincón de las Cumbres, sin embargo en septiembre de 2015 todo se salió de control.

De acuerdo con personas cercanas a la familia, la violencia intrafamiliar y el abuso de alcohol estaba presente, al grado de que Andrómeda atacó con un arma blanca a su esposo el día 2 del mes mencionado.

Tras cometer la agresión, ella se arrepintió y llevó a su esposo al hospital para que lo atendieran, en un intento por salvar la relación.

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Sin embargo, este fue un preámbulo de lo que estaba por ocurrir.

El día 7 de septiembre de 2015, Andrómeda discutió con su esposo, quien decidió salir de casa.

En ese momento, la madre de familia, de 31 años en ese entonces, perdió los estribos y desplazó su furia hacia sus hijos.

Usó un cuchillo para atacar a los pequeños, asesinando a Keila Elizabeth (4 meses) y Laisha Sofía (2 años), mientras que Jesús Zaid (5 años) sobrevivió a la brutal agresión.

Después del ataque, Andrómeda intentó suicidarse pero no lo consiguió.

Cuando llegaron los familiares al domicilio de Rincón de Cumbres se toparon con una escena horrorosa, sin poder dar crédito a lo que había pasado.

La madre de familia fue internada en el Hospital Universitario y a los pocos días fue dada de alta por las lesiones que se inflingió, sin embargo no recordaba lo que había sucedido, lo supo hasta que las autoridades ministeriales le notificaron el hecho al señalarla como presunta responsable, por lo que fue ingresada al Penal del Topo Chico.

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Otro punto dramático de este caso fue el testimonio del pequeño Jesús, quien dio detalles de lo sucedido, confirmando que su mamá los había atacado.

El proceso tardó en ser resuelto y no fue sino hasta diciembre del 2018, cuando se le sentenció a 56 años de cárcel, por lo que podría salir libre a los 87 años de edad.

De esta manera, este crimen se coloca como uno de los más estremecedores de los que se tiene memoria, a la par de los casos de Julio Castrillón, Diego Santoy o el del Dr. Alfredo Ballí Treviño.