Olimpia Coral: de víctima a activista contra el ciberacoso

El caso de Olimpia Coral Melo es sumamente interesante. Cuando tenía 18 años de edad grabó un video sexual con su novio y de repente dicho material se divulgó sin su consentimiento a través de redes sociales.

El mundo se le vino encima pues todos en Huauchinango, Puebla, lugar en el que vivía, comenzaron a ver y compartir el video, al punto de que fue conocida con el despectivo apodo de la “Gordibuena de Huauchinango”.

“La gente no tiene idea de lo que causa ese tipo de violencia. Limitan tu libertad, tu intimidad, tu movilidad, tu vida. Y tú lo aceptas porque crees que eres culpable. Por eso acceder a la justicia es casi imposible”, expresa al respecto Coral.

Olimpia entró en depresión e intentó suicidarse en tres ocasiones, pero afortunadamente contó con el apoyo total de su mamá, quien le hizo ver que ella no cometió ningún delito.

“Cada ‘like’ a esas publicaciones es una agresión, cada ‘me gusta’ es un golpe. Cada vez que alguien comparte contenido íntimo de una persona que no lo permitió es como una violación”, recalca la activista.

Tras reponerse del duro golpe anímico recibido por la viralización del mencionado video, la vida de Olimpia cambió y a la vez la vida de otras mujeres también comenzó un cambio.

Y es que ella se convirtió en una férrea activista en contra del ciberacoso y la divulgación de videos sexuales sin consentimiento.

Al comprobar que las autoridades poblanas no tenían voluntad para atender el problema y el vacío legal que había al respecto, Olimpia comenzó a contactar a otras mujeres que sufrieron una situación similar y fue creándose un movimiento.

A tal grado creció el movimiento que pronto tomó forma un proyecto de reforma para penalizar la divulgación de este tipo de materiales: Reforma para reconocer la violencia sexual cibernética, la cual presentó en 2014.

“La ley integral son tres reformas. Implica que se reconozcan los delitos contra la intimidad, o sea la difusión de contenido íntimo sin consentimiento; el ciber acoso, que es violencia sexual en internet y por último, la ley de acceso. Esta última es para que las instituciones se concienticen sobre cuales son los derechos sexuales y qué es la violencia y que lo hagan saber a los ciudadanos”, explica al respecto Olimpia Coral.

Así, la reforma no solo fue aprobada en Puebla sino en 10 estados más y en otros ya está siendo analizada en los Congresos locales, como es el caso de Nuevo León.